Los caminos de la música son curiosos, imaginativos y cambiantes. A esa conclusión llegamos cuando escuchamos las composiciones de Jorge Villamil llevadas al jazz de la mano de las partituras del maestro huilense Alex Pastrana.
Alex Pastrana recuerda como su padre hacía parte de la tradición huilense de tocar la rajaleña, rítmo tradicional del campesinado de la zona andina de Colombia. Tocando el requinto y la guitarra, en muchos de esos momentos Jorge Villamil estaba presente. Pastrana comenzó a tocar el tambor siendo muy niño, y posteriormente pidió tocar el tiple y el requinto. Desde ese momento el futuro de Alex ya se marcaba claramente. Además su familia había estado vinculada a la música por muchas vertientes. A los trece años ingresa a estudiar piano interesado por las músicas populares, la música latinoamericana y tropical. Acompañado por el piano, exploró las novedades armónicas que le proporcionaba el instrumento. En medio de todo ese aprendizaje las melodías tradicionales y las composiciones de Jorge Villamil estaban allí siempre presentes.
Alex en Bogotá, estudia en la Universidad Inca y luego gana una beca para estudiar la carrera de música con énfasis en jazz en la Universidad Javeriana. En su trayectoria ha tenido la experiencia de tocar con músicos de gran nivel como Jury Buenaventura, el cuarteo il Divo, la Big Band Bogotá, la Big Band de Lucho Bermúdez, ahora a cargo de su hija y Wilfrido Vargas, entre otros.
No sólo ha sido productor, sino arreglista de piezas de los Alfa 8, y con Juacho Torres, con piezas propias.
Una de estas producciones y que está por salir en este 2020, es Fuerza Extraña, una producción entre Brasil y Colombia, en la cual tuvo la oportunidad de participar como productor musical y arreglista. Allí participaron artistas como Toquinho, Vinicius de Morais. Por Colombia participaron, Adriana Lucía, Chabuco, Andrés Cabas y María Escobar, como artista principal. Este trabajo fue un reto inmenso, dice Alex Pastrana pues se requería lograr esa conexión entre las dos culturas.
El objetivo de Alex Pastrana ha sido entonces el de perpetuar las tradiciones a partir de otros puntos de vista y otras sonoridades.
El 2020 también significa para Alex Pastrana el lanzamiento del primer disco como líder, un encuentro entre la rajaleña y el jazz. Es una conexión entre la parte empírica de las sonoridades tradicionales y la academia con el jazz. Llevará en nombre de Rajando Leña.
La música de Villamil llevada al Jazz
Villamil fue parte del entorno musical de Alex Pastrana. Los bambucos, sanjuaneros y rajaleñas surcaban los aires e hicieron parte de las reuniones sociales. Canciones como La Zanquirrucia, El Matuno, La Mistela hacían todas, parte de los repertorios.
El interés definitivo aparece cuando se da la posibilidad de presentar en el 2014 la obra: Villamil en Jazz, una Interpretación Creativa. Allí seleccionó un repertorio de 10 canciones, para darle esa sonoridad con un trío de jazz, compuesto por un contrabajo, una batería y el piano. Los colores del jazz estaban allí presentes mientras, las claves para identificar las canciones de Jorge Villamil Cordovez se hacían sonar. Algunas de las piezas contaron con la participación lírica de Jetzelly Pastrana, la hermana de Alex, y quien también ha seguido los pasos de la tradición musical de familia. La presentación de Villamil en Jazz, una Interpretación Creativa, se llevó a cabo en el Museo Nacional de Bogotá, un escenario caracterizado por seleccionar trabajos de gran nivel, para públicos entendidos en el tema.
Alex Pastrana tenía planeado presentar la pieza La obra Matambo en arreglo de jazz durante el VI festival de Jazz de Neiva, el Neiva Jazz, pero resultó finalmente siendo usada para una presentación de Big Band en estudio. Antonio Arnedo, reconocido por sus trabajos de música fusión de ritmos colombianos, así como los solistas Ramón Benítez y Carlos Acosta, hicieron parte de este gran trabajo que se puede encontrar por redes sociales. Gracias a esta presentación, Alex Pastrana recibió el reconocimiento de la Asamblea Departamental del Huila, así como de la Fundación por la Huilensiedad.
Alex Pastrana considera que el legado de Villamil está en la exaltación de la cultura y vida cotidiana del Huila. Llevar la música campesina a otros niveles y proyectarla a nivel nacional e internacional. El es el Gabriel García Márquez huilense a través de la música.
A su hermana Jetzelly, le debe su interés en el piano, ya que en una ocasión ella pidió a su padre como regalo de cumpleaños, una organeta. La organeta resultó ser finalmente un gran teclado que motivo de manera definitiva en Alex, el aprendizaje del piano.
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