La líricas y las notas prolongadas en las canciones de Villamil son muy queridas por los niños, y al contrario de lo que podría pensarse, no sólo las canciones alegres y animadas son el deleite de los más jóvenes. Así lo asegura Diana Carolina Palacios, maestra de música con una larga carrera en el trabajo con niños en el país y quien ha explorado enseñar a tocar el violín con las canciones de Villamil y de otros compositores colombianos.
Esta entusiasta profesora con estudios de música de la Escuela Cristancho de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá y de la facultad de música de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá ha tenido un importante éxito al innovar en el campo de la enseñanza musical en el país.
Nacida en Pitalito Huila, Diana Carolina desde niña escuchaba las canciones de Jorge Villamil Cordovez en la radio y en reuniones familiares.
Llegó al violín de manera tardía, dice, y a pesar de que sus clases iniciales fueron interrumpidas por la falta de una profesora, ella continuaría más tarde con sus estudios. También perteneció al coro del conservatorio de la ciudad de Neiva. En ese entonces se pasó a la guitarra, tocando entre otras las canciones de Villamil. Los profesores enseñaban el repertorio folclórico colombiano, lo que la llevó a comenzar a estudiar canto en la Universidad Nacional, pero luego de un tiempo regresó al Huila donde comenzó de nuevo con el violín. Fue allí cuando surgió el interés de dar clases a los niños. Diana Carolina al momento contaba con 19 años.
Tamarindo Seco el detonante
Así es que viaja al Perú a estudiar el método Suzuki de enseñanza musical el cual está basado en la teoría de que los niños pueden aprender música de la misma forma en que aprenden su lengua materna. Sin embargo Diana Carolina notó que este método japonés aplicado a los niños latinoamericanos necesitaba algunos ajustes, sobre todo porque los niños en la cultura japonesa son educados bajo una férrea disciplina. Notó que los niños no podían tocar variaciones, por ejemplo del tema Estrellita (dos corcheas, un silencio y otra corchea) a pesar de ser sencillo los niños no lograban hacerlo fácilmente.
Cuenta Diana Carolina, que en clase y ante la frustración, ensayaron con la canción: Tamarindo Seco, del compositor Salomón Mancera y que todos conocemos en la versión tropical del cantante Joe Arroyo. La sorpresa fue grande, los más mayores lograban hacerlo y los pequeños, los imitaban tocando al aire las cuerdas. En ese momento se dio cuenta de que las canciones y ritmos colombianos, a pesar de su complejidad, se prestaban mejor para la enseñanza del método. Así fue que desde ese momento comenzó a adaptar el método del estudioso Suzuki al contexto musical colombiano. Los progresos que comenzaban a tener los niños por la música y particularmente en el aprendizaje del violín, la hizo enamorarse de la pedagogía musical infantil y abandonar sus deseos de ser cantante de ópera.
Así fue como en medio de la enseñanza en el conservatorio de música del Huila y con el apoyo de Juan Javier Polanía, comenzó a surgir la idea del libro de enseñanza del violín: Tocando y Cantando el Folclor Colombiano que es fruto de toda la experiencia directa con los niños y de la investigación complementada en la facultad de bellas artes de la universidad Unibac de Cartagena.
En el libro y CD se parte de cero y se va paso a paso en la enseñanza del violón. Se pueden encontrar temas colombianos cantados o con las pistas de acompañamiento en tiple, guitarra, chuchos, cuatros, capachos y todo lo que necesitan los temas nacionales, muchos de los acompañamientos fueron interpretados por Jorge Mario Vinasco de la agrupación los Rolling Ruanas.
Villamil en el repertorio
En el método se traspasa la propuesta japonesa que incluye temas del repertorio internacional, a una selección de temas colombianos. Y a pesar de que muchos temas de Villamil se le pasaron por la cabeza, seleccionó a El Barcino, ya que haciendo la correspondiente transposición, comienza igual que el minuet en Sol de J.S. Bach el cual está incluido en el libro de Suzuki. Intentando de esta forma atenerse lo más posible a ese método, al tiempo que lo hacía más divertido para los niños colombianos.
El método incluye la parte vocal, y en canciones como El Barcino, los niños se entusiasman mucho, sobre todo en la parte del coro.
Diana Carolina ha encontrado que muchas de las líricas de Villamil son del gusto de los niños; canciones con notas largas y con intervalos que suben y bajan.
Y con relación al posible desinterés por los ritmos tradicionales nacionales afirma que “si los niños ven a sus padres o allegados cantar las canciones del folclor colombiano, puede desarrollarse en ellos el interés, independientemente de lo que digan las canciones o de cual sea su ritmo”.
para conocer más de su trabajo pueden visitar su página:
En Instagram como: @karo.canta
Acá está la versión de El Barcino que se encuentra en el método de enseñanza del violín para niños.
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