Jorge Villamil nace el seis de junio de 1929 en la hacienda cafetera El Cedral cerca de la ciudad de Neiva, en el departamento del Huila en el centro-sur de Colombia. Fue el último y único varón de siete hermanos. Al saberse la noticia del nacimiento; vecinos y campesinos de la región se acercan a conocerlo, agrupaciones de músicos de cuerdas, tamboras y carrascas llegan para festejar y darle la bienvenida. Así, desde su nacimiento se marcó a Villamil con los ritmos tradicionales de la región.
En épocas donde no había televisión y cuando la escucha de la radio era escasa, la distracción de la familia en las noches era interpretar el tiple o la guitarra. El padre de Jorge Villamil enseñaba a sus hijos a tocar los instrumentos, mientras su madre los acompañaba con el canto.
Más adelante la familia adquirió un gramófono y Jorge Villamil pudo escuchar música traída de Europa.
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Maqueta Hacienda El Cedral
Gramófono de la familia Villamil
La hacienda de su padre era un lugar de encuentro, donde las tertulias poéticas y la música siempre estaban presentes. Villamil desde muy pequeño ya participaba de estas jornadas culturales. A la edad de cuatro años comenzó a interpretar el tiple, instrumento similar a la guitarra pero de doce cuerdas.
Durante los meses de junio y julio de cada año se convidaba a las familias de los recolectores de café para que participaran de las fiestas de San Juan y San Pedro, típicas de la región. Estas fiestas aún se celebran con baile, canto y la interpretación de ritmos tradicionales como el bambuco o la rajaleña. Desde su infancia tuvo contacto con campesinos y trabajadores, y se vio rodeado por un ambiente de folclor nacional; todo dentro de la comodidad propia de la vida de un hijo de hacendado.
En los siguientes años perfeccionó la ejecución del tiple con el que interpretaba pequeñas composiciones en ritmo de rajaleña, bambuco o pasillo. El aprendizaje fue “a oído” y de manera autodidacta. Los instrumentos típicos del entorno del Jorge Villamil eran las flautas duces, la tambora, la carrasca, el tiple, la guitarra y el requinto, el cienpatas y la puerca.
En 1942, a los doce años fue enviado por sus padres a estudiar a la capital de Colombia, Bogotá. En 1948 fue protagonista de los terribles hechos del 9 de abril, cuando en centro de la capital colombiana fue destruido por los manifestantes luego del asesinato del caudillo del partido liberal, Jorge Eliecer Gaitán. Muchas canciones de Villamil se refieren a la violencia bipartidista que ha sufrido Colombia.
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Violencia bipartidista
La región del Huila y Tolima donde nació Villamil, fue escenario de los mayores actos de la violencia bipartidista y de la aparición de la guerrilla de las FARC. Algunos de los levantamientos populares del siglo XIX estaban en contra de los abusos a los trabajadores en las plantaciones de caucho y quina. La región se dividió entre los conservadores, principalmente al norte y los liberales al sur. La violencia entre estas fracciones políticas prolongó el estado de guerra que se había presentado durante los alzamientos indígenas en contra de la conquista española. Muchas de las canciones de Jorge Villamil hacen referencia a la violencia bipartdista. A pesar de haber nacido en un ambiente fuertemente conservador, el autor fue cercano a los derechos de los trabajadores y campesinos, y valoró enormemente el legado indígena.
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Temáticas de las canciones
Muchos autores e investigadores de la obra de Jorge Villamil Cordovés han propuesto una clasificación temática de las canciones. En términos generales estos son los tópicos de sus canciones: La mujer, el amor y desamor, el apego a la tierra, la política, las tradiciones populares y el profundo aprecio por la naturaleza. Otras clasificaciones como las del periodista Vicente Silva Vargas en la biografía: Las Huellas de Villamil clasifica musicalmente las canciones de Villamil así: clásicas, románticas, descriptivas, crónicas folclóricas y compartidas.
En 1949 comienza a estudiar medicina en la Universidad Javeriana de Bogotá, periodo durante el cual se compromete más con su pasión musical. Compone Sampedreando (1949), La Zanquirrucia (1950) y Adiós al Huila (1951), explorando con estas canciones los pasillos, sanjuaneros y rajaleñas.
Los años 50 eran tiempos donde se escuchaba tango, boleros, sones y valses, difundidos por las emisoras de ciudades más grandes como Medellín, Cali o Bogotá, o incluso llegados por medio de la radio de onda corta desde Venezuela o Ecuador.
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Influencias musicales y literarias
Las fiestas locales y la música campesina que escuchaba en su casa fueron la mayor influencia. Compositores regionales de la época como Cantalicio Rojas (1896 – 1974) o Luis Alberto Osorio Scarpetta (1914 – 1978), con composiciones como Flor de campo, Río Neiva, Tarde sobre el río y Alma del Huila tuvieron una influencia estilística en la manera de describir y sentir el paisaje, y de narrar las relaciones amorosas. Otros compositores nacionales que influyeron en la obra de Jorge Villamil son: Francisco Galán Blanco ‘Pacho’ Galán (1906-1974), José Alejandro Morales López (1913-1978), Luis Eduardo Bermudéz ‘Lucho’ Bermudez (1912 -1994) y Rafael Calixto Escalona Martínez (1927-2009).
En literatura se vio influenciado por la obra del escritor colombiano José Eustasio Rivera, autor de las novelas La Vorágine (1924) y Tierra de Promisión, en las que se examina la vida cotidiana, las dificultades y las relaciones amorosas del pueblo. Su tío abuelo, José María Cordovéz Moure (1835-1918), fue un gran cronista y crítico de la sociedad. De su obra Reminicencias de Santafé y Bogotá, Villamil pudo tomar algunos elementos para su obra poética musical. Además de todas estas fuentes de inspiración, en muchas entrevistas Villamil afirmó que su mayor fuente de inspiración y don venían de Dios.
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Auge la música popular folclórica
Los años 50 en Colombia coinciden con el auge y desarrollo de la música popular. Las casas disqueras nacionales comenzaron a grabar canciones y melodías que antes solo se habían interpretado y transmitido de generación en generación en las fincas, casas o bares. Las emisoras difundían estas nuevas grabaciones nacionales y de otras partes de América, como los tangos de Argentina, los sones de Cuba o los boleros de México. En el centro de la ciudad Bogotá se llevaban a cabo en las noches los radioteatros donde se interpretaban estas melodías. Villamil durante esta década repartió su tiempo entre el estudio de la medina, y la subsiguiente especialización en ortopedia y traumatología
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