La definición de lo que es “zaquirrucia” se puede entenderse como “la de las piernas blancas”, dicho esto de manera coloquial. Varios biógrafos, y su propia familia, coinciden con el dato de que cuando Villamil era niño le causó gran curiosidad conocer a una trabajadora de la hacienda que tenía carate, también conocida como pinta, una enfermedad del pigmento de la piel y que la afectaba particularmente en las pernas.
Pero, ¿qué fue lo que llevó a Villamil a componer una canción sobre este personaje? Todos querían bailar como esta mujer e intentaban imitar sus pasos. Bailaba muy bien el bambuco antiguo y de manera muy animada en las fiestas tradicionales de San Pedro y San Juan.
Por todo esto la Zanquirrucia se convirtió en un personaje de la hacienda El Cedral y de la región.
Este personaje fue quizás el primer tema de inspiración que llevó a Jorge Villamil a escribir una canción llena de picaresca y de dobles sentidos que muestran un retrato de la vida en el campo en aquella época.
Si bien esta canción apareció años después, las inspiraciones provienen de su infancia, cuando junto a sus hermanas tocaba el tiple sentado en la cama, para que no se les fuera a caer. Uno de los apartes de la canción dice: “Ahí viene la luna hermosa Alumbrando los tejados, ahí viene la Zanquirrucia con el bizcocho tostado Ay! yo quiero bailar cantando…”
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